Los cuarenta y dos tarjetones esmaltados polícromos están colocados de seis en seis metros de distancia a lo largo del friso que divide la nave central de las laterales. Fueron fabricados por Burbano y Viñado, empresa fundada en 1890 y que fue la primera fábrica de España especializada en objetos de hierro esmaltado.
El objetivo perseguido por Felix Navarro al colocar los esmaltes fue la introducción de elementos de color que resaltaran sobre el friso metálico. Los motivos que representan alimentos que se comercializaban en el mercado.
Los tarjetones facilitarían en un principio, la localización de los puestos al poder referirse a que un detallista se ubicaba debajo del cartel del «jabalí» o de las «zanahorias».
Felix Navarro era un hombre meticuloso y detallista y agrupó los productos de venta en el mercado en las siguientes categorías que luego se reproducirán en los tarjetones: carne, hortalizas, frutas, caza y pescado. Se aprecian trece tarjetones que hacen alusión a la ganadería (carne), doce a la fruta, diez a la caza, cuatro a los pescados y tres a las las hortalizas. Sorprende la escasa representación de frutas y verduras en una ciudad que siempre ha hecho gala de su huerta. En este sentido, cabría preguntarse si primaron los aspectos estéticos sobre los funcionales.
La ubicación actual de los esmaltes no se corresponde con la inicial, ya que con en la última reforma de 1986 se retiraron, pero al volverlos a colocar no se tuvo en cuenta su emplazamiento original.