José Martí residió en Zaragoza desde mayo de 1873 hasta noviembre de 1874, periodo en el que obtuvo los títulos de Licenciado en Derecho y en Filosofía y Letras por la Universidad de Zaragoza (situada entonces en la plaza de la Magdalena).
En la fachada del edificio de la calle Manifestación donde se alojó, una placa recuerda su paso por nuestra ciudad. El intelectual cubano recuerda con cariño su estancia en Zaragoza y sus paseos por la plaza del mercado, que era el espacio donde actualmente se ubica el Mercado Central:
“Cuando termino mis clases en la Universidad, me gusta pasear por la plaza del Mercado y llegar a la animada calle Platerías (el nombre que recibía la actual calle Manifestación). Y ahí, no muy lejos de las ruinas romanas vivíamos como en familia. Mis días en la Pensión Don Félix fueron los más felices de mi vida estudiantil. Don Félix era nuestro amable y servicial casero, además de padre de dos bellas hijas.”
Además de su prosa, José Martí dedicó unos sencillos y emotivos versos a Aragón:
Para Aragón, en España,
Tengo yo en mi corazón
Un lugar todo Aragón,
Franco, fiero, fiel, sin saña.
Si quiere un tonto saber
Por qué lo tengo, le digo
Que allí tuve un buen amigo,
Que allí quise a una mujer.
Allá, en la vega florida,
La de la heroica defensa,
Por mantener lo que piensa
Juega la gente la vida.
Y si un alcalde lo aprieta
O lo enoja un rey cazurro,
Calza la manta el baturro
Y muere con su escopeta.
Quiero a la tierra amarilla
Que baña el Ebro lodoso:
Quiero el Pilar azuloso
De Lanuza y de Padilla.
Estimo a quien de un revés
Echa por tierra a un tirano:
Lo estimo, si es un cubano;
Lo estimo, si aragonés.
Amo los patios sombríos
Con escaleras bordadas;
Amo las naves calladas
Y los conventos vacíos.
Amo la tierra florida,
Musulmana o española,
Donde rompió su corola
La poca flor de mi vida.