Este verano nos acercamos al mercado San Agustín en pleno centro de Granada, muy cerca de su catedral. Los sesenta puestos ocupan unas renovadas instalaciones que disponen de: hilo musical, climatización, algunos bancos para sentarse y báscula de repesaje.
Recorrimos sus modernas instalaciones que se ubican encima de un aparcamiento de cuatro plantas y tuvimos la ocasión de intercambiar impresiones con algunos de los detallistas.
Nos contaron que el mercado padeció la moda de los mercados «gourmet» con unos gestores que trataron de imponer a todos los detallistas unas exigencias económicas que les hacían prácticamente inviable su permanencia. Los anteriores gestores aducían que al estar dentro de un espacio gourmet debían someterse a sus dictados y abonar un «diezmo» o porcentaje de sus ventas. Al cabo de unos pocos años, los «maravillosos» gestores han abandonado el barco, dejando importantes «agujeros» y deudas. Menos mal que los trabajadores autónomos y autónomas están hechos de una «pasta especial» o como dice el anuncio «no parecen humanos» y se han repuesto de la fiebre que estuvo a punto de hundir todo el mercado.
En la actualidad quedan algunos puestos de degustación pero totalmente integrados en la dinámica de un mercado tradicional.
Les deseamos todo lo mejor a nuestros compañeros y compañeras de Granada y reforzamos nuestra idea de no dejarnos deslumbrar por los brillos de la moda «gourmet», sin renegar en absoluto de incluir tintes o elementos de dicha tendencia.