En la etapa prodemocrática un variado grupo de personas formado por comerciantes, artistas, asociaciones de vecinos, colegios profesionales, cantantes, organizaciones políticas prohibidas, gentes de la cultura en general, medios de comunicación y clientes del mercado aunaron esfuerzos para evitar la ejecución del derribo del mercado previsto en el Plan General de 1968 aprobado por el consistorio zaragozano.
El citado plan contemplaba la construcción de la Vía Imperial afectando al tramo comprendido entre Conde Aranda y el Ebro en el que se ubica el mercado. Para hacer frente a tal amenaza se constituyó la actual asociación de detallistas que bajo la presidencia de Lázaro Soler inició las gestiones para salvar al mercado.
El diario Heraldo de Aragón publicó un artículo el 11 de junio de 1971 titulado “Mil familias dependen actualmente del Mercado Central” en el que Lázaro Soler afirmaba: “Estamos convencidos del gran servicio que hemos prestado y seguimos prestando a los intereses generales de la ciudad” haciendo frente a las opiniones favorables a los planes municipales.
El Plan especial de la Vía Imperial se aprobó provisionalmente en noviembre de 1973 contemplando la demolición del mercado y en el año 1976 los acontecimientos empiezan a precipitarse, remitiéndose comunicados de desalojo dirigidos a los puestos del mercado por parte del ayuntamiento. A principios del siguiente año se pone en marcha la campaña denominada “Salvemos el Mercado”, con gran repercusión en la prensa local y en enero de 1977 comienza la campaña de recogida de firmas coincidiendo con el periodo de información pública del expediente para la declaración de monumento histórico del mercado tramitado por el Ministerio de Educación y Cultura del gobierno central.
La recogida de firmas se promocionó con diferentes carteles y pancartas: “Salvemos el mercado”, “Zaragozanos, el mercado os necesita. Esperamos vuestra firma”, etc. Unas cuarenta mil personas apoyaron la campaña, entre las que estaba el entonces alcalde Don Miguel Merino. El masivo apoyo a la campaña por parte de los ciudadanos junto con alegaciones del colegio de arquitectos , del colegio de abogados y otros, lo que motivó sin duda la declaración de Monumento Histórico al Mercado Central.
En resumen, el mercado se salvó gracias al apoyo de los ciudadanos, razón por la cual es patrimonio de todos ellos.