A los ocho añitos el padre de Eva le «obligó» a acudir a su puesto de frutas y verdura del mercado para que según sus palabras «supiera lo que es trabajar». Eva no es que acudiera voluntariamente, aunque reconoce que a cambio recibía una buena propina que llegaba a las cien pesetas en el año 79, cantidad nada desdeñable para aquellos tiempos, con la que se compraba lo que le apetecía: ropa, calzado e incluso pinturetes con los que se acicalaba con tan solo nueve añitos.
Cumplidos los dieciséis y tras finalizar sus estudios se incorporó al negocio familiar en el que todavía continua. Su incorporación coincidió con la flamante reforma del año 86, que sustituyó los cajones abiertos por unos flamantes puestos que mejoraron sus condiciones de trabajo. A pesar de la importante mejora que supuso la reforma, reconoce Eva que el fío era intenso y tenían que recurrir al principio a estufas de butano, que a la semana les socarraban las batas por acercarse demasiado a los quemadores. Nos cuenta Eva que sus abuelos se calentaban en el mercado con braseros caseros reutilizando grandes latas de sardinas.
Eva reconoce sentirse a gusto en el mercado y ve el futuro con esperanza al comprobar que cada vez más acuden nuevos clientes, aunque sigue conservando algunos que ya le compraban a sus abuelos. Los nuevos clientes se interesan por que la fruta y verdura de temporada, de producción local y le piden consejos acerca de cómo conservar mejor la fruta que adquieren. En resumen, los nuevos clientes se interesan mucho por los productos y valoran la calidad que ofrece el servicio al detalle que permite la preservación de los productos frente al evidente deterioro que supone la venta en la modalidad de autoservicio. Además de su puesto en el mercado también hizo sus pinitos en el mundo artístico, formando parte de las «majorettes» de Zaragoza bajo la dirección de Corita Viamonte.
No podemos finalizar este reportaje sin entrevistar a Merche, la madre de Eva. Merche ha tenido una larga trayectoria como artista que se remonta a cuando tenía solo dieciséis años, labor que compatibilizó con su trabajo en el puesto de frutas y verduras que actualmente regenta su hija Eva. Debutó a principios de los sesenta del siglo pasado en la sala Oasis teniendo como compañeras a artistas de la talla de Lita Claver (La Maña) y Corita Viamonte.
En el Oasis vivió momentos inolvidables que le emociona recordar, amenizando con sus bailes, canciones y diálogos humorísticos la sesión de las dos y media dirigida a militares de reemplazo y demás lugareños. Además de en el Oasis, trabajó en teatros ambulantes por toda España con artistas renombrados como, por citar solo a algunos, Manolito Royo, Bigote Arrocet y Marinico el Corto. En ocasiones, el espectáculo se trasladaba a su puesto del mercado al acudir algunos de sus compañeros a visitarle.
Eran otros tiempos, ahora Merche disfruta de su merecida jubilación y contempla satisfecha el trabajo de su hija y se siente esperanzada, al igual que Eva, del futuro que deparará a este mercado ubicado en el corazón de Zaragoza.
Me alegra de ver y leer cosas y vivencias de las amigas , y no deja de alegrarme que le siga funcionand su buen trabajo relizado en el mercado central y mantener el legado de su familia !! felicidades amigos y salud para vosotros y vuestro negocio. No tengo ninguna duda que seguira hacia delante. Con ese poderio que tienen esa pareja Eva y Pablo. Ni que decir tiene que la descendencia con David sigue en buenas manos !!
muchos besos familia