Las vigas de celosía que unen las columnas de la fila central son estructuras rectangulares de hierro en cuyos centros se ajustan tarjetones esmaltados policromos. Esta estructura presenta grandes motivos ornamentales de forja a ambos lados de cada tarjetón: se trata siempre la figura de un búcaro o florero con un girasol.
Los tarjetones exhiben figuras representativas de los productos que se venden en los puestos del mercado. En la cenefa que enmarca las figuras de cada tarjetón está representada la flor de neguilla que los relaciona con la decoración de los dinteles férreos de las entradas laterales del mercado. Se trata de una sutil alusión que confirma la idea de que toda la decoración del mercado, hasta sus más ínfimos detalles, obedece a un plan perfectamente trazado en su concepción. Bien es sabido que Felix Navarro no dejó nada a la improvisación.
Los tarjetones fueron restaurados en 1986, tras lo cual se recolocaron sin tener en cuenta su ubicación original, que desgraciadamente desconocemos. Hoy día, iniciando un recorrido desde la fachada principal (sur) hacia la fachada trasera (norte) y volviendo desde ésta hasta la fachada principal se ven tarjetones con las siguientes imágenes:
En el lateral oeste: 1: Melocotones. 2: Gallina y polluelos. 3: Racimos de uva. 4: Peces. 5: Ánade en vuelo. 6: Zanahorias y nabos. 7: Gallina y huevos. 8: Panes y cesta de higos. 9: Alcachofas. 10: Langosta. 11: Cabra. 12: Pájaros 13: Ciruelas. 14. Codornices. 15: Jabalí. 16: Manzanas y melones. 17. Ternero. 18: Naranjas. 19: Olivas negras. 20: Coliflor. 21: Cordero.
En el lateral este: 22: Pavo. 23: Cerdo. 24: Corzo. 25: Aves negras. 26: Peras. 27: Gallo. 28: Toro. 29: Perdices. 30: Cordero. 31: Melón abierto y melocotones. 32: Faisán. 33: Vaca. 34: Pato. 35: Angulas. 36: Membrillos. 37: Pájaros. 38: Conejos. 39: Carnero. 40: Dos palomas. 41: Cerezas. 42: Peces.
Teniendo en cuenta la sistematización que Félix Navarro hizo de los productos en venta en el Mercado Central (carne, hortalizas, frutos, caza y pescado) se advierte una cantidad superior de tarjetones con productos provenientes de la ganadería (que él nombra como carne) en 13 tarjetones, seguidos de los frutos en 12, los provenientes de la caza en 10, las pescados en 4 y las hortalizas en 3.
Esta escasa representación de verduras y hortalizas (sorprendentemente limitada a las alcachofas, coliflor, zanahorias y nabos) llama la atención aún más en una ciudad cuya huerta ha proporcionado siempre una gran cantidad y diversidad de productos, algunos de merecida fama. Las razones para tal infrarepresentación podrían achacarse a que se priorizaron los aspectos estéticos sobre los funcionales.