Regresa la hostelería con ganas de ser un referente cultural y gastronómico
La hostelería ha vuelto a funcionar en el Mercado Central. Poco a poco, pero con la intención de que las actividades infantiles y la música formen parte de su paisaje habitual, especialmente los fines de semana. Tanto los detallistas como los visitantes han recibido esta noticia con mucha alegría. El objetivo tras este regreso es que el Mercado Central complete su actividad y sea para los zaragozanos y para los turistas un referente cultural y gastronómico de primer orden.
El 1 de octubre la maquinaria de los establecimientos hosteleros del Mercado Central echó a andar de nuevo después de que la pandemia trajese consigo el cierre de los cuatro establecimientos de Rombo Zentral.
“Queremos volver a convertirnos en un referente cultural y gastronómico en el mercado y en toda la ciudad”. Esta es la aspiración de Alberto Campuzano y de Miguel Cubero, socios en este proyecto. Los dos recuerdan el mes de febrero de 2020 como un bonito sueño, con media Zaragoza pasando por el Mercado Central, disfrutando de la hostelería y de todas las actividades y actuaciones programadas.
“Empezó como un tiro, pero al mes todos a casa”, rememoran. En cualquier caso, Alberto y Miguel no quieren anclarse en el pasado. Prefieren hablar de la idea de retomar el proyecto inicial en el que “intentamos fusionar el turismo, la cultura y la gastronomía con una oferta única en la ciudad en un lugar tan emblemático como el Mercado Central”.
Los dos vieron claro desde el principio que este espacio debía tener una buena oferta hostelera “porque es una necesidad. Cuando viene una persona de fuera a Zaragoza a ver a un familiar o de turismo, se necesitan lugares así para dar una visión completa y moderna de la ciudad y de sus lugares más emblemáticos”.
Eso sí, la reapertura no ha sido a pleno rendimiento. Los responsables de Rombo Zentral quieren ir poco a poco. De esta forma, de lunes a viernes el único puesto abierto es Mambo, que básicamente viene a ofrecer la barra típica de un bar de desayunos. Bocatines a precios muy razonables, bollería variada y raciones son sus principales argumentos culinarios.
“La idea es que los detallistas y los visitantes puedan encontrar un sitio muy cómodo para desayunar, almorzar o tomarse un vermut sin tener que salir de las instalaciones”, explica Miguel Cubero.
Las mesas se han dispuesto en la zona central pero se ha dejado un pasillo en el medio para no entorpecer el paso de los clientes y los carritos de la compra. Además, en la parte exterior se ha instalado un pequeño puesto y una terraza para ofrecer bebidas y comida.
Fin de semana
El sábado y el domingo es cuando la actividad crece y los cuatro puestos trabajan a pleno rendimiento. “Mixtura –prosigue Miguel Cubero– está muy enfocado al marisco y al producto de mercado con una atractiva barra que llama mucho la atención”
Matiné se ha pensado como una especie de taquería donde se fusionan la comida aragonesa y mexicana. “Se va a convertir también en sandwichería especial. Hemos notado que por la noche se demanda mucho bocadillo, así que los bocatas y los sandwiches van a ser las propuestas estrella, muy variados, y para quedar bien”.
Por último, Mueso está enfocado a la brasa, a promocionar el ternasco de Aragón y otros despieces. Patatas asadas y hamburguesas también forman parte de la carta de este establecimiento.
Los cuatro espacios arrancan el sábado a la hora del vermut, que este día es el que más se suele alargar para transformarse en un vermut torero. “Por las tardes está pensado para tomarse una copa tranquilamente –prosiguen los dos socios–, para terminar merendando y cenando”.
Para amenizar este espacio el fin de semana, poco a poco irán volviendo las actividades para niños, de forma que toda la familia pueda disfrutar de las mismas. Además, también están previstas actuaciones musicales, tal y como se empezó durante el primer mes tras las obras de reforma.
Margen de mejora
Mientras la normalidad va regresando a Rombo Zentral, Alberto Campuzano insiste en algún tema que hay que mejorar y, sobre todo, en uno: la climatización del interior del mercado. “Parece que el Ayuntamiento ha tomado cartas en el asunto y está intentando solucionar el tema del confort climático porque es necesario. En el resto de los mercados de España, parecidos al de Zaragoza que se suelen poner como ejemplo, no tienen un problema térmico como el nuestro”, insiste.
“Solo pedimos eso –prosiguen los socios de negocio hostelero–, que la gente esté cómoda porque en este momento hay un problema de corrientes, sobre todo los días que hace frío de verdad y la diferencia térmica entre la calle y el interior es de apenas cinco grados”.
Los detallistas son los que están más contentos con el regreso de la hostelería al interior del Mercado Central. “Les hemos echado mucho de menos y la clientela nuestra también”, asegura Olga, de la Pollería Olga, detrás de su mostrador. “Todos necesitábamos que volvieran ya y es que además hicieron una propuesta muy buena. Antes de la pandemia todos los días había bailes, o música, magia o algún espectáculo y la gente eso lo encontraba muy atractivo así que venían a pasar el rato y además compraban”, explica en unas declaraciones a ´El Periódico de Aragón`.