Los planos originales del mercado presentan un gran nivel de detalle y fueron realizados por Félix Navarro que concibió un edificio de planta rectangular y de dos alturas: semisótano y planta comercial. Para la construcción del edificio fue preciso demoler edificios y realizar una excavación en la que se dinamitaron los cimientos de la muralla romana de Zaragoza formada por grandes bloques de piedra.
La planta superior presenta una estructura basilical de tres naves, con la central de superior altura y anchura que las laterales. Las naves se separan por columnas de hierro fundido con capiteles cúbicos decorados con conchas y collarinos decorados con frutas. Dichos capiteles sujetan un entramado de vigas metálicas de hierro laminado presentando ornamentación con motivos vegetales (espigas, caduceos, hojas y flores de vid y jarrones con flores de girasol). Las vigas de celosía que unen las columnas de la fila central son estructuras rectangulares de hierro con tarjetones esmaltados polícromos con figuras representativas de los productos que se venden en el mercado. La planta semisótano, de planta rectangular presenta pilastras de piedra y dos filas de columnas centrales de hierro fundido diferentes a las de la planta superior, con capiteles con forma de flor de loto embellecido con cuatro flores de girasol.
El espacio interior es amplio, diáfano y transparente como consecuencia de la utilización de soportes metálicos en lugar de pilares o columnas de piedra o ladrillo que hubieran restado espacio interior.
En los extremos, la estructura metálica está protegida por sendas fachadas casi simétricas de piedra y ladrillo con escalinatas de acceso a la planta superior y al semisótano. Dichas fachadas reflejan la estructura interior de tres naves abiertas en triple arcada de medio punto, apoyadas en columnas de piedra pareadas de orden compuesto con cestillos y acantos con frutos, haciendo alusión a la función del edificio. Los arcos laterales salvan la diferencia de altura en relación con el central con sendas galerías de cuatro arquillos de medio punto. Las fachadas descritas quedan rematadas por pináculos con forma de fruteros sobre pilastras y en los laterales se aprecian cresterías en piedra con figuras de animales y ornamentación vegetal mediterránea. En los laterales se aprecian dos fachadas menores que permiten el acceso al interior, presentando decoración en bajo relieve mostrando colmenas, rematadas ambas por esculturas exentas con figuras de caduceos relacionados con Hermes – Mercurio.
El edificio constituye un magnífico ejemplo de la conocida como arquitectura del Hierro, al emplear una gran estructura de vigas de hierro de amplia luz, inspirada en edificaciones emblemáticas como la Galería de Máquinas de la exposición Universal de Paris de 1889, adaptando el edificio y la ornamentación a la función para el que fue concebido.
Finalmente, el edificio incorporó nuevos materiales en su época, como el hierro fundido y laminado combinados con otros tradicionales como el ladrillo y la piedra, esta última reservada para las esculturas o para aquellas más expuestas a los agentes atmosféricos y al tránsito. También incorporó oficios tradicionales como la forja, la cerámica y el esmalte.
Bibliografía:
Mercado Central 100 años. Ayuntamiento de Zaragoza y Asociación de Detallistas del Mercado Central de Zaragoza. ISBN 84-8069-327-4.
SIPCA. Sistema de Información del Patrimonio Cultural de Aragón.
http://www.sipca.es/censo/7-INM-ZAR-017-297-044/Nuevo/Mercado/de/Zaragoza.html#.X-NjDthKhGM