Marta Siurana.

Tere, la abuela de Marta Siruana, fue la que empezó a escribir la historia de Mamá Tere en el Mercado Central y hoy el relevo lo han tomado su madre y su tía. Marta apenas lleva un año de una forma estable. “Empecé de cocinera en el obrador, pero ahora estoy en el puesto, de cara al público, que es lo que más me gusta”, asegura.
En este tiempo ha aprendido todos los secretos de la pollería, que a raíz de la pandemia ha crecido mucho en intenciones. “Hemos ampliado toda la parte de comida para llevar y cada vez ofrecemos más productos elaborados”. Es el futuro, la gente cada vez tiene menos tiempo para estar en la cocina y demanda este tipo de servicio.


Marta tiene claro que el futuro del Mercado Central, en general, pasa “por la innovación, por adaptarse a lo que demandan las nuevas generaciones de clientes y por ofrecer todo tipo de facilidades a la hora de hacerles llegar el género”.
Marta cree que ese es el camino, aunque lo que todavía no es seguro es que, de forma inmediata, vaya a implicarse totalmente en el engranaje de Mamá Tere. “Estoy en el último año de la carrera de Información y Documentación y me gustaría encontrar un trabajo relacionado con lo que estoy estudiando”. En cualquier caso, la pollería “es una posibilidad que está abierta; el trabajo me gusta y mi idea es seguir vinculada al negocio porque
supone un orgullo seguir la tradición familiar, pero ya veremos cómo se concreta”.

Textos: Alejandro Toquero para el número 6 de la revista «Mercado Central».

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