Tras la reforma, el Mercado Central cuenta con un nuevo espacio de hostelería donde se puede disfrutar de la gastronomía en distintas versiones y en varios momentos del día. Es una de las zonas más visibles del mercado y más ambientadas durante toda la jornada, especialmente los fines de semana.
Además de los nuevos establecimientos, en otro formato y con un enfoque diferente, el remodelado Mercado Central le acaba de hacer un hueco a la gastronomía en la planta baja, allí donde solo transitan habitualmente los detallistas para traer o llevar mercancía, o para acudir a la zona de obradores.
Una vez concluida la remodelación, desde la gerencia se apostó claramente por darle mucho protagonismo a la gastronomía, a la idea de cocinar en vivo y de preparar recetas en un espacio totalmente equipado para ello. Es lo que popularmente se conoce como «showcooking`. Es decir, un cocinero profesional prepara algunos platos y durante su elaboración muestra el paso a paso a un grupo de personas no demasiado amplio.
Este planteamiento es lo que, básicamente, ya se puede hacer en la planta sótano del Mercado Central, en el espacio multiusos inicialmente previsto para este fin, así como para realizar exposiciones, jornadas y encuentros de todo tipo.
Desde la gerencia del Mercado Central se deja claro que “no se trata de un restaurante”. “Es una zona que tenemos para ofrecer a distintas entidades, alquilable, para que impartan este tipo de formación o espectáculos culinarios a grupos reducidos de 15 personas como mucho”.
En este sentido, el cocinero no dependerá del Mercado Central, sino que la idea es que lo ponga entidad que alquile el espacio. La idea también es entrar en contacto con las instituciones para que puedan aprovechar esta cocina y promocionen en ella los productos de Aragón o realicen actividades vinculadas a la gastronomía.
En definitiva, con esta iniciativa el Mercado Central ha apostado por abrir un nuevo espacio a la ciudad. Para su puesta en marcha ha sido fundamental la colaboración de tres empresas. Cocinas Coem ha diseñado el proyecto de cocina y lo ha ejecutado. Todos los muebles que se han instalado son suyos. Además, también han participado Teka, poniendo los electrodomésticos, y Laminam haciéndose cargo de las encimeras.
El Mercado Central no ha tenido que realizar ningún desembolso para poner en marcha esta cocina, sino que son estas empresas las que han asumido todos los costes, tanto de los materiales como de la instalación.
En una visita reciente para conocer el resultado final, el director de Cocinas Coem explicaba que “se trata de un proyecto realizado con materiales de alta gama, tanto los interiores, cajones, vitrinas, visagras, como las puertas, que son de última generación”.
Esto último también sirve para las encimeras que ha instalado Laminam. Están hechas con material porcelánico que aguanta perfectamente el calor. “Podemos poner encima lo que queramos, como una olla a presión recién salida del fuego, que no se van a quemar”, comenta.
Son muchos los detalles que llaman la atención de esta cocina. En primer lugar, que está muy bien iluminada y que prácticamente todo está al alcance de la mano, incluso en los rinconeros, que suelen ser los espacios más inaccesibles. También resulta curiosa la presencia de enchufes auxiliares que se descubren en la encimera.
En definitiva, se han aprovechado todas las posibilidades y rincones con la idea de que prácticamente todo sea extraíble. Las puertas se frenan solas, las guías son de última generación, los laterales de los cajones son de cristal, las bandejas extraíbles… En definitiva, una instalación de última generación para muchos años.
En cuanto a los electrodomésticos de Teka, prácticamente todos están integrados: el lavavajillas, el frigorífico, el congelador… así como otros espacios para la limpieza o el almacenamiento. Esta empresa ha hecho una apuesta importante instalando dos hornos para diferentes elaboraciones, como asados o pizzas. También hay dos microondas y la placa de la cocina de inducción lleva el extractor de humos integrado, que cada vez le gana más terreno a las campanas extractoras.
Alrededor de la encimera de la cocina, en forma de ele, se han instalado las sillas altas –muy cómodas, para poder pasar en ellas un par de horas–, desde donde los asistentes a los talleres o showcooking` pueden observar las maniobras del chef.
Este, en definitiva, es el objetivo último del proyecto. No se trata tanto de que el público participe cocinando, sino que disfrute aprendiendo del trabajo de un profesional. “Creemos que es un espacio que ofrece muchas posibilidades –concluye Andrés Benito–; las empresas que hemos participado en su diseño estamos muy contentas de cómo ha quedado y de haber podido establecer esta colaboración con el Mercado Central”.
Revista Mercado Central. Junio 2022. Textos: Alejandro Toquero