Ángel del «Buen Sabor» recoge en su puesto una selección de vinos de todas las denominaciones de origen de Aragón junto con miel y sus derivados y las famosísimas frutas de Aragón y adoquines.
Comenzó su andadura en el mercado allá por el año 2003 y desde entonces ha venido atendiendo y aconsejando a sus clientes. Confiesa que le apasiona el trato con las personas, hablar con ella, intercambiar impresiones y conocer nuevas culturas y sensibilidades. Reconoce que le gusta hablar, no lo oculta, porqué habría de hacerlo, al fin y al cabo está como en su casa, en su mercado.
Nos endulza la entrevista ofreciéndonos un caramelo de miel, que aceptamos gustosamente. Retomamos fuerzas para seguir escuchando su relato que está lleno de anécdotas de sus clientes, de la que seleccionamos una de ellas. Un cliente adquirió en su puesto un bote de miel con limón y al día siguiente regresó para quejarse que al echar la miel con limón en su tazón de leche de desayuno, se le cortó la leche. Volvió a cambiar la leche, pensando que estaba en mal estado y el resultado fue el mismo. Ángel le respondió amablemente que era lo normal al tratarse de un producto con limón y su contenido en ácido cítrico provoca que la leche se corte.
Si hay un puesto al que acuden los turistas es al de Ángel. Calcula que un 40% de sus clientes no residen en nuestra ciudad. De los nacionales escucha comentarios generales respecto del mercado, al que encuentran muy tradicional y con precios inferiores a los de Madrid y Barcelona. De los extranjeros, distingue los gustos de los franceses, amantes del vino y de la miel, de los británicos que optan por el vino y los dulces de Aragón y de los italianos a los que les gusta prácticamente todo lo que tiene en su puesto. Le hemos escuchado dirigirse en inglés a varias personas que se han interesado por sus dulces. Manifiesta defenderse un poquito en italiano y con mayor dificultad en francés. Lo del chino y del ruso ya le queda lejos, como a casi todos nosotros.
De sus compañeros de pasillo le gusta el buen ambiente y el compañerismo, que le hace confiar en ellos si tiene que abandonar el puesto por cualquier motivo o pedirles cambios.
El mercado tras la actualización, lo concibe adaptado a las necesidades de los clientes y preparado para hacer el trabajocómodo y agradable para los que aquí trabajamos.
Nos despedimos, pidiéndole que pose con los productos que más le agradan. Lo hace gustoso y eso se nota.