La veterinaria y experta en gastronomía Patricia Sola ofrece algunas claves para cuidar este invierno nuestra salud y nuestro bolsillo comiendo de forma saludable
La veterinaria y experta en gastronomía y marketing, Patricia Sola, ofrece a continuación algunos consejos interesantes para afrontar el invierno bien alimentados y sin tener que gastar mucho dinero en el empeño.
Patricia Sola tiene claro que “alimentarnos en invierno, no tiene por qué ser ni aburrido, ni poco saludable. Podemos conseguir un equilibrio perfecto entre alimentación sostenible para el medio ambiente, nuestro bolsillo y nuestra salud, algo que podemos lograr comprando en el Mercado Central de Zaragoza gracias a la cantidad y variedad de productos que ofrecen sus detallistas”.
Frutas, verduras, pescados y carne. Estos son sus consejos que Patricia relata en primera persona:
Frutas y la vitamina c
Siempre que hablamos de salud en invierno pensamos en vitamina C, vitamina que durante los últimos tiempos ha estado en el centro de la controversia, ya que pasó de ser el perfecto método preventivo frente a los catarros a ser poco menos que una sustancia ineficiente frente nuestras toses y mocos de invierno.
Hasta la fecha, se han realizado infinidad de estudios y pruebas de laboratorio que poco a poco, van dejando claro que la vitamina C, efectivamente, sí que juega un papel importante en las defensas de nuestro cuerpo frente a los resfriados y otras enfermedades.
Entre otras funciones ejercidas por esta molécula, estimula la función de los neutrófilos, unos glóbulos blancos que se encargan de reparar los tejidos lesionados y combaten las infecciones, incrementan la acción del interferón, una molécula que impide el acceso de los virus a las células, ayudan a la proliferación de linfocitos T, la producción de citoquinas e inmunoglobulinas y la efectividad de las células natural killer, entre otras. Ahí es nada. Así que sí, tomar vitamina C en invierno es un buen modo de reforzar nuestro sistema inmunitario.
Inevitablemente, cuando pensamos en esta vitamina, nuestro cerebro visualiza limones, naranjas y mandarinas, frutas sostenibles, al estar en plena temporada, y que podemos conseguir a buen precio. Pero no solo de cítricos nos abastecemos de vitamina C. También podemos comer kiwi, con casi el doble de esta vitamina, uvas, fresas o kakis, también en temporada, con mayor cantidad de ácido ascórbico.
Aunque no solo las frutas tienen vitamina C. También hay verduras con altos contenidos en esta vitamina, superiores incluso a las frutas mencionadas anteriormente, como es el caso de pimiento rojo, perejil, brócoli o hinojo.
Verduras y el selenio
Aunque la vitamina C es la estrella de la película hay otros micronutrientes, como es el caso de los minerales, que también juegan un papel importante en el refuerzo de nuestro sistema inmunitario.
Así, tenemos el zinc, que entre otras funciones promueve el adecuado funcionamiento del sistema inmunitario, previniendo el resfriado y aliviando sus síntomas o el selenio, un oligoelemento fundamental para tener una respuesta inmunitaria adecuada, ya que su déficit altera la producción de las inmunoglobulinas IgM e IgG y entorpece la motilidad de los neutrófilos.
Afortunadamente, el selenio es un mineral muy extendido, ya que podemos encontrarlo en alimentos como los mariscos, carne, huevos, cereales, frutas y por supuesto, verduras como pepinos, ajos, cebollas, espárragos, lechuga, tomate, espinacas…
Aunque una verdura estupenda de temporada y que podemos encontrar a muy buen precio es la col y su amplia familia: lombarda, de Bruselas, repollo, coliflor, brécol, romanesco… Todas ellas son fuente importante de vitamina C, siempre que se consuman crudas o ligeramente cocidas (cocinadas pueden llegar a perder cinco veces la cantidad de vitamina que contienen en crudo), que además ofrecen vitaminas del grupo B, vitamina A, ácido fólico, selenio, hierro, calcio, magnesio, potasio y distintos flavonoides en dosis importantes.
En definitiva, son auténticas bombas de buenos nutrientes y de sabor, que podemos consumir en ensaladas, al vapor, como ‘oblea’ para hacer rollitos asiáticos… Son tremendamente versátiles en la cocina y son súper sanas.
Pescados de temporada y los Omega3
Siempre que hablamos de productos de temporada, pensamos en frutas y verduras, pero los pescados también tienen temporalidad.
Así, para realizar un consumo sostenible del pescado, tenemos que elegir especies que vengan de caladeros cercanos, para reducir la huella de carbono en su transporte, que hayan sido capturados por métodos de pesca lo más sostenibles posibles, y que sean de temporada, lo que garantiza su frescura, que tenga las mejores cualidades nutricionales y que sean más económicos, ya que hay más disponibilidad de los mismos en las pescaderías.
Así, en invierno, los productos del mar de temporada son bacalao, besugo, mero, palometa, emperador, caballa o salmonete entre los pescados de mar; carpa y perca entre los pescados de río…
Este producto cuenta con muchísimos nutrientes tremendamente beneficiosos para nuestra salud, aunque cabe destacar los omega-3, un tipo de ácidos grasos poliinsaturados que juega un papel fundamental en la regulación de la inflamación y modulación de la inmunidad, aspectos clave para evitar el desarrollo de enfermedades crónicas.
Carne y vitamina B6
La mayoría de nosotros hablamos de vitamina B, sin saber que hay varios tipos de esta vitamina. Entre todas ellas, la que nos interesa hoy es la vitamina B6, involucrada, entre otras funciones, en el metabolismo de aminoácidos y proteínas…
¿Qué tiene que ver esto con el sistema inmunitario? Bien, parte importante de nuestras defensas son los anticuerpos, unas proteínas muy sofisticadas, que en ausencia de esta vitamina, su producción no será adecuada. Además, este micronutriente, también tiene un rol importante en la diferenciación, maduración y proliferación de linfocitos, de modo que el aporte adecuado de vitamina B6 permite que tengamos la cantidad y calidad necesaria de células de defensa.
¿Dónde podemos encontrar esta vitamina? En pescados, frutos secos como las nueces, algunas frutas y verduras, pero también en la carne y vísceras.