«Trabajan más personas en el obrador que de cara al público»
Pollería Olga tiene dos puestos en el Mercado Central y en uno de ellos trabaja Lorena Muñoz (39 años), la hija de Olga, una veterana detallista. A su lado aprendió el oficio, pero antes de dedicarse definitivamente a él, Lorena estudió una carrera (Administración de Empresas) y estuvo unos cuantos años trabajando de lo suyo.
“Durante la crisis de 2008 la empresa cerró y como estuve un tiempo en el paro; mi madre me dijo si quería venir al puesto a echar una mano – explica–, fui aprendiendo el oficio, me empezó a gustar y al final me he quedado”. Hace 11 años que Lorena comparte con su madre el día a día en la Pollería Olga, un tiempo de cambio con la remodelación, el provisional y el nuevo y espectacular diseño.
La transformación no solo ha estado relacionada con el continente, sino también con el contenido. “Siempre hemos elaborado muchos productos –asegura–, pero la lista no deja de crecer”. Croquetas, hamburguesas, brochetas, salchichas… Tanta es la faena que lleva el obrador que trabajan más personas en la sombra que de cara al público. “Diariamente tenemos que preparar muchos pedidos, ya que entre la clientela también contamos con bares y restaurantes”, comenta. Lorena estaba antes más tiempo en el obrador, “pero ahora, al haber tanta afluencia de gente y pedidos, tengo que estar con mi madre atendiendo el puesto y preparando todo”.
“Aquí me quedo, lo tengo claro”, confiesa. El relevo en Pollería Julia está garantizado. Lorena podría volver a trabajar en otra empresa, pero ya le ha atrapado la magia del Mercado Central.