Constan fue uno de los primeros puestos del Mercado Central en incorporar el envasado al vacío
Constantino Villarroya lleva 35 años al frente de su charcutería del Mercado Central. ´Aterrizó` en 1986, el año de la anterior reforma, con el ánimo de aprender un oficio con el que ganarse la vida después de trabajar en una mina en Teruel, y ahí sigue, en su puesto de toda la vida. “Pujé por la charcutería, pero también por una frutería”, rememora. Al final, su trayectoria profesional ha girado alrededor del jamón, el queso y los embutidos.
Su evolución también se ha notado en el tamaño de los puestos que ha tenido. “Al principio cogí uno pequeño, luego uno más grande y este es el tercero tras la última reforma”, comenta. Lo que no ha cambiado demasiado en su trabajo es el producto estrella, que sigue siendo el jamón, ya sea serrano, de Teruel o ibérico. “Se vende todo el año, pero ahora que se acercan las Navidades, mucho más, especialmente el ibérico”, asegura.
En su vitrina, el queso también tiene mucho protagonismo. Bueno, más bien los quesos de distintas zonas de España, cuya presencia ha ido creciendo con el paso de los años. “Hay que tener de todo –explica Constan– pero el que más se vende es el fresco”.
En estos 35 años, si algo ha cambiado es la forma de venta. “Antes la gente compraba más piezas enteras y ahora todo se lonchea y en muchos casos se envasa al vacío”. Su puesto, precisamente, fue uno de los primeros del Mercado que incorporó la envasadora al vacío. “Al principio creía que me iba a retrasar la venta, pero es rápido; a la clientela le resulta muy cómodo porque el jamón, sobre todo, que es lo que más se vende envasado, puede aguantar en el frigorífico hasta dos meses”, concluye.
