El mercado se abre al mundo digital.

Buena parte de los temas que se tratan en el último número de nuestra revista tienen un denominador común: la apuesta por abrir una ventana al mundo que permita que el Mercado Central de Zaragoza sea mucho más conocido, reconocido, visitado y utilizado como gran centro de compra.

La nueva aplicación para teléfonos móviles ‘El Club de Amigos del Mercado’, el acuerdo alcanzado con Google a través del programa ‘Google Ad Grants’ para incrementar su visibilidad a través de internet y, de esta forma, llegar a nuevos clientes –sobre todo, a un público joven acostumbrado a hacer la compra ‘online’–, o la colaboración con Escuelas Pías, en el Año de la Fruta y la Verdura, para acercar a niños y adolescentes
al mercado con distintas actividades, son un buen ejemplo de esas intenciones.

Código QR para descargar la App «Club de Amigos del Mercado»


Por supuesto, sin perder de vista que la digitalización del Mercado Central no supone erradicar algunas de sus señas de identidad: la cercanía del trato al hacer la compra, la garantía de producto fresco y una buena relación calidad/precio que no cambia por el hecho de que uno se decante por la opción ‘online’.

El cómo estos nuevos proyectos se están plasmando es un buen indicador del deseo de seguir manteniendo una vinculación muy estrecha entre el cliente y el detallista. Así, por ejemplo, en la nueva app se incluye información detallada de cada puesto, así como el teléfono y el whatsapp para que ese contacto, a golpe de ‘clik’, sea inmediato y directo.


Lo mismo sucede con el programa ‘Google Ad Grants’’, que a través de la búsqueda de palabras clave, también pretende dar a conocer la oferta agroalimentaria de cada uno de los puestos. Y qué decir de la colaboración con el colegio Escuelas Pías, que además de la presencia de niños y adolescentes en el mercado, busca difundir sus trabajos a través de las redes sociales y que mucha más gente conozca la labor de
los detallistas y sus productos, y se acerque a ellos.

Hace poco más de un año que se hizo realidad una remodelación espectacular que brilla y seguirá brillando con fuerza. Por otra parte, desde hace más o menos el mismo tiempo, el Mercado Central está inmerso en otro avance igual de importante, aunque tal vez menos apreciable a simple vista: el de su digitalización. Poco a poco, los resultados ya se están notando y lo seguirán haciendo en los próximos meses. El proceso es imparable y como la lluvia fina, terminará calando y gustando tanto como la reforma.

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